Los pequeños proyectos nacen gracias al apoyo de muchas personas que lo hacen realidad, no sólo somos Ramón y Isabel quien ha dado vida a L’Esquella, sino que existe un círculo importante de personas que nos ha ayudado a hacerlo realidad. Brevemente, queremos nombrarlas porque realmente se lo merecen:
La familia nos ha ayudado con la logística familiar, emocional y económicamente.
Por aquellas primeras muselinas que nos regaló J. Por la cara de estupefacción de C. preguntando “¿Pero vosotros sabéis hacer yogures?” A las madres, que han cosido delantales, gorros y cortinas; han sacado etiquetas de las botellas. Nos hacen fiambreras de comida para facilitarnos la vida, hacen de abuelas incondicionales y bien, tantas cosas más porque con las madres nunca es suficiente el agradecimiento.
A mi padre, que es conocido familiarmente como el “Traginer de la Cerdanya” y nos trae la carretilla, el fogón y la estufa. Y a tu padre, que también está con nosotros y lo llevas contigo.
A los amigos que nos han dado opiniones, ideas y consejos. A menudo recordamos aquel primer Doodle que hicimos para votar el nombre que pondríamos en nuestro proyecto, y un tiempo después podemos deciros que ¡elegimos bien amigos!
A M. y A. palabras clave en momentos necesarios, abrazos cálidos de buenas amigas.
A la L. porque en ocasiones los ríos se separan y después de recorrer caminos distintos se reencuentran. Las conversaciones, el equilibrio y la búsqueda, siempre con cuatro ojos en nuestros pequeños que juegan mientras tanto con los tractores.
A P. a A. que me dieron la oportunidad de trabajar en una empresa con un grado de exigencia muy elevado y las herramientas para poner en marcha la Esquella con autoconfianza y seguridad.
Muchas gracias por lo que me enseñasteis y disteis, muy probablemente la Esquella es un sueño hecho realidad en gran parte gracias a vosotros.
Y a A. especialmente, porque junto con R. fueron los maestros en mi carrera veterinaria, y encontrar buenos líderes que te guían es una suerte inmedible.
A J. nuestra vecina de Olià. Tanita, como la llama Biel. Ella, forma parte de las mujeres que mantienen vivos a los pueblos, ELLAS son un gran patrimonio humano de nuestra sociedad, cuidan las flores, los huertos, el ganado y las personas que las rodean.
Y mi reflexión es que cuando llega una crisis, todo sigue, y todo sigue teniendo sentido en su vida.
A ti, Ramón, porque estas palabras las escribo yo y puedo permitirme la libertad también de publicar que el mayor agradecimiento que debo darle a la vida, aparte de mis padres por haberme creado y amado, es a ti. Yo he encontrado el amor de mi vida, no sólo un compañero sino el hombre con el que crezco, con el que sueño (después proyectamos y acabamos haciendo realidad), que me ha dado tres niños fascinantes, y con el que viajo y andaremos incluso más allá. ¡Gracias amor!
Y agradecimientos podríamos dar muchos más porque muchísima de la gente con la que nos cruzamos nos da la oportunidad de reflexionar y avanzar. Así que éste último es para todas ellas, las que quedan en el anonimato pero dejan también sus huellas en la vida de los demás.

Algunas de las imágenes han sido realizadas por @motiva_productions Cedidas por el Consejo Comarcal de Cerdanya con el apoyo de la Diputación de Girona